martes, 2 de febrero de 2010

Sin ideas


Sin ideas para escribir, para pensar, son casi las 7 es lunes, llueve, cafú ladra, oigo las voces de Vale, contando a donde fue con Cristian que acaba de llegar de España.

Hace un rato, me contó al oído que fueron a la jueza, y total que se casan el viernes 4, no estoy feliz ni tampoco amargo, me parece que así es vale, y lo tomo como algo que siempre hace, por mal que les parezca a unos, o por bien a otros, así es Vale, valiente y decidida, UNA LOCA capaz de arriesgar todo por el todo, vive sus propias reglas, como mi papá.

Al escribir esto y hablar de ella no puedo evitar, fiel a mi estilo, recordar mi niñez con ella. Era una aventurera, traviesa, chillona, coqueta, tierna, mi guardiana, mi amiga, mi hermana.

Se vestía siempre con alguna prenda rosada, le encantaba hablar y jugar a la reina, o a la cocina. Nunca era tarde para corretear por allí, o imaginarnos que gobernábamos el mundo con juguetes y bromas. Era una noble chiquilla, que amaba a sus padres y abrazaba a su hermanito si éste se asustaba. No era buena en el cole pero era la mejor maestra para cucho.

Nos encantaba cantar y ver la tele. Compartíamos la cobija en las tardes, alzábamos los brazos y gritábamos a los helicópteros o aviones “MAMITA DINA”.

Era la niña más linda a donde fuera, hasta ahora se me hincha el pecho decir en una foto “esta es mi hermana”.

Amigos del alma, ella y yo, crecimos juntos y unidos, con peleas y abrazos, con música y chistes, con confianza y con amor.


Ahora ya más grandes y con caminos distintos, me doy cuenta que mi infancia fue la mejor, sobretodo por que tuve un ángel que me cuido y sanó los raspones, y que me guió por el mejor camino, y que todo lo que hice, hago o haré se lo debo eternamente a mi Valery.

Llega un momento en la vida en que no puedes hacer otra cosa sino seguir tu propio camino. Ahora se casa, unirá su vida con otra… pero nunca se desligará de la mía.

23, Noviembre del 2009.

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